El equipo de Juan Sabas fue mejor durante gran parte del encuentro, se adelantó con un gol de Rufo Lucero y rozó la victoria ante un rival directo, pero un tanto de Markel en el 94’ dejó sin premio el esfuerzo rojiblanco
El Zamora CF firmó una de sus actuaciones más serias de la temporada, pero acabó marchándose de vacío en un duelo clave ante la SD Ponferradina. Lo que pudo ser una jornada de gloria para el equipo de Juan Sabas se convirtió en una pesadilla en el tiempo de descuento. Un gol de Markel en el 94, en una jugada aislada y a balón parado, volteó el marcador y dejó helado al Ruta de la Plata. 1-2 final para una Ponferradina que se lleva un botín enorme de Zamora y que condena al equipo local a seguir remando contra corriente en la lucha por el playoff.
El partido comenzó con ritmo alto y mucha intensidad. La Ponferradina trató de imponer su jerarquía con varios acercamientos peligrosos, incluido un cabezazo de Yeray que se marchó cerca del poste y un disparo de Borja Valle que desvió Fermín antes de estrellarse en el palo. Sin embargo, el Zamora no se arrugó. Con Rufo Lucero como puñal ofensivo y Clavería dominando en la medular, los rojiblancos respondieron con dos ocasiones claras: un remate de Pito que rozó la escuadra y un cabezazo de Rufo que obligó a Prieto a lucirse. Al filo del descanso, el larguero repelió un potente disparo de Carrique, pero el empate sin goles resistió.
Tras el paso por vestuarios, el Zamora subió una marcha más y encontró premio a su ambición. En el 58, Rufo Lucero robó en campo contrario, encaró con convicción y definió con frialdad ante Andrés Prieto para poner el 1-0. El gol despertó a la Ponferradina, que dio entrada a más pólvora ofensiva. Aun así, el equipo de Sabas no perdió el orden ni la concentración, y pudo incluso ampliar la ventaja en una contra que obligó al portero berciano a intervenir de nuevo.
Pero el fútbol no siempre premia al que más propone. En el 78, una falta no señalada sobre Rufo terminó en una jugada embarullada que Pau Ferrer aprovechó para firmar el empate. El tanto no descompuso al Zamora, que siguió buscando la victoria hasta el final, con Álvaro Romero muy activo en los últimos minutos y la grada empujando con todo. Sin embargo, cuando el partido moría, llegó el mazazo: falta lateral botada por Yeray, aparición de Markel entre la defensa y cabezazo inapelable. Gol de la Ponferradina en el 94 y caras de incredulidad entre los jugadores y aficionados locales.
Con esta derrota, el Zamora se queda en 47 puntos y pierde una ocasión de oro para reengancharse a la pelea por los puestos de playoff. El equipo rojiblanco fue mejor durante muchos minutos ante un rival directo, pero la falta de contundencia en las áreas y un final cruel dictaron sentencia. Toca levantarse de nuevo y pensar en el próximo reto.