De la "incertidumbre" y "no tener un objetivo claro", a una "temporada positiva": "La clasificación no engaña, pero creo que merecimos más"
El Zamora CF B ha vivido una temporada en Primera División Regional de Aficionados llena de altibajos. La primera mitad de temporada fue especialmente dura para el filial rojiblanco, con unas cifras que hacían temer lo peor en el seno de la entidad. Quince puntos con dos victorias, nueve empates y cuatro derrotas fueron el bagaje de las primeras quince jornadas de un equipo que no encontraba su rumbo y que veía de cerca los puestos de descenso, tan solo dos puntos por encima de un Peñaranda de Bracamonte que por entonces, marcaba el descenso.
No obstante, algo cambió en el combinado rojiblanco y la segunda mitad de la temporada tomó un color muy diferente. Ocho victorias, tres empates y cuatro derrotas durante ese periodo han permitido que el filial zamorano sellase la permanencia en la categoría un año más para seguir afianzando un proyecto que quiere más. Es de destacar, además, la racha de diez jornadas sin conocer la derrota, entre el 23 de noviembre, que cayeron con Simancas y el 8 de marzo, que el equipo caía derrotado ante la SD Ponferradina B.
Mucho que ver (y mucho que sufrir) ha tenido en este proceso el comandante del barco, un Kike Ramos que atiende a Zamora24horas para hacer balance de la temporada y ofrecer su visión de un proceso largo y muy complejo. "Creo que no se puede reprochar nada a la temporada de este equipo", apunta y añade que "objetivamente la clasificación no engaña, pero subjetivamente creo que merecimos algo más".
A este respecto, matiza que "las temporadas las marcan muchas cosas". Y es que, como no podía ser de otra manera, el Zamora CF B se vio muy afectado por la situación que atravesaba la entidad por estas fechas hace ya un año. "Todo está marcado en gran medida por ese estado en el que estaba el club, al borde de la desaparición, de no saber cuál era el futuro", explica y añade que "eso nos hizo tardar mucho en crear un proyecto".
Aquello, lamenta, dificultó mucho la configuración de una plantilla, pues "la incertidumbre hace no saber hacia dónde vamos, tardar y dificultar mucho las retenciones de jugadores y, sobre todo, y creo que lo intentamos por todos los medios, buscar jugadores fuera de la provincia y nos dificultó mucho traer gente". A pesar de ello, se cerró el equipo que competiría al máximo en la temporada 24-25.
Las dificultades continuaron con el comienzo de la temporada pues, según manifiesta el técnico, "el equipo viajaba sin un objetivo claro". Si bien la permanencia era lo "más primordial" para la entidad, Ramos asegura que "no sabíamos hasta qué punto la plantilla podía mirar hacia arriba o hacia abajo". A pesar de ello, "se comenzó la temporada de manera que el equipo se veía estable y al mismo nivel que el resto de la categoría". El entrenador zamorano apunta, no obstante, que hay "factores imporrantes que tienen repercusión en el resultado".
Uno de estos factores es, según explica, el campo en el que se jugaban los partidos. Y es que el Zamora CF B comenzó la temporada disputandos sus partidos como local en La Llagona, en Morales del Vino, un campo que, a su modo de verlo, se encontraba en un estado "bastante negativo". "No es ningún reproche, porque yo sé de buena mano que nos ayudaron y que se hizo todo para que ese campo estuviera bien, pero hay cosas que por mucho que te empeñes no se pueden conseguir", afirma. Muestra el agradecimiento desde la entidad, aunque matiza que "al final llegamos a un punto que vimos que no nos era beneficioso jugar allí". "Venir al Anexo del Ruta nos hizo tener más confianza en nuestra idea de juego", celebra.
Y es que, la mencionada anteriormente derrota contra Simancas el 11 de noviembre fue, según juzga Ramos, "uno de los momentos clave de la temporada". "Nos vimos en una situación muy complicada, tuvimos que dar un vuelco a todo, cambiar el chip y poner las alarmas", recuerda. A partir de ahí, agradece la implicación "a todo el mundo, a la plantilla, a la confianza desde arriba de no tocar nada, la ayuda de todo el mundo que creía en nosotros, porque fue cuando peor estaban las cosas cuando la moneda empezó a salir cara".
Fue a partir de ese momento cuando el equipo conectó esa racha de diez jornadas sin perder. Ello también ha contribuido a su manera a concretar una liga "exageradamente apretada" y ha sido en esa "situación de vértigo" en la que el Zamora B se ha movido toda la campaña. "Si cuando miras hacia arriba la clasificación te manda para abajo y cuando miras hacia abajo te manda hacia arriba, creo que una liga regular te va poniendo en tu sitio de manera justa", explica.
Insiste Ramos, pues, en que "la temporada en general, si haces un balance, creo que es positiva". "Creo que la plantilla no fue conformada de la manera que nosotros queríamos al cien por cien, por ese momento por el que pasaba el club en verano", afirma. Muchas han sido las dificultades a nivel de plantilla a las que se ha sobrepuesto el barco de Kike Ramos. Son "situaciones difíciles que estaban fuera de lo que podíamos controlar", pero sobre las que "el equipo ha sacado la cara y la personalidad suficiente para poder competir de la mejor manera posible".
Como siempre dicen, después de la tormenta siempre llega la calma, y ahora esa calma es la que le ha brindado al Zamora CF B el haber logrado la permanencia y haber sobrellevado la infinidad de dificultades y complicaciones de una dura temporada. "Ahora es el momento de descansar, sobre todo mentalmente, y empezar a mirar hacia la siguiente temporada", apunta y asegura, en este sentido que "si el proyecto quiere mirar hacia arriba tendremos que movernos de una manera adecuada, porque al final vivimos en una ciudad con pocos recursos sociales, que hace que si queremos agrandar el objetivo, tendremos que mirar algo fuera".
Así pues, el Zamora CF B cierra un curso lleno de complicaciones, pero con un capitán que ha velado por su tripulación y que ha logrado que todos remen juntos contracorriente para conseguir asentando un proyecto que prácticamente renació de las ceniza sde una entidad que agonizaba y que ya tiene abierta la puerta de un horizonte esperanzador y, seguro, lleno de éxitos deportivos.